miércoles, 11 de mayo de 2011

HASTA LA VISTA AMIGO FRANCISCO!

Me ha causado mucha tristeza tu partida amigo Francisco. El domingo a mediodía, cuando lo supe me costó mucho creer que era verdad que nos habías dejado.
Ya en tu casa y en compañía de tu desolada mujer y de tus pequeñas, me convencí por fin, que algo nos separaba radicalmente de ti.
Tu cuerpo, desde el sábado hasta ayer martes no lo hemos podido contemplar ni velar y dentro de unas horas, será sepultado en la tierra.
Cuántas cosas quedaron sin decir...no te veía desde hacía por lo menos dos años, pero tenía muchas ganas de conversar contigo. Dentro de mi un conversación contigo sobre María, Negar, Marian y tus amigos de siempre, anhelaba realizarse, pero no llegó nunca el momento. El final se nos presentó antes de ser invitado.

Estoy segura que el Dios de Abrahám, de Isaac y de Jacob, hecho hombre y hermano nuestro en Jesucristo, te ha recibido en su seno de Madre-Padre misericordioso.
Tu rostro sereno no refleja otra cosa que la paz sin término que tú ya has encontrado. Esa paz que pedirás a Alhá para nosotros que aún seguimos caminando en esta vida.

Sé que ya lo sabes, pero quiero recordártelo: Esta tarde, en el Santuario de la Fuensanta, nos hemos dado un abrazo muy entrañable, como amigos y como hermanos, En la comunión con el Cuerpo del Señor he podido decirte mi cariño, cuánto te he apreciado y agradecido. En el sacramento seguiremos siempre unidos los amigos contigo.

Hasta la vista amigo!

lunes, 21 de marzo de 2011

EN TUS MANOS ESTÁ LA VIDA

Al leer la defensa de la figura de Jesús alegre, fuerte y proclamando su mensaje de salvación como más adecuada para exponer en los muros de las aulas de los Centro educativos en lugar de las imágenes del crucificado, he intensificado mi meditación en el momento de mayor sufrimiento de Jesús.

Me he preguntado: ¿Cómo vivió Jesús ese trágico momento? ¿Qué experimentó al comprobar el fracaso de su proyecto del reino de Dios, el abandono de sus seguidores más cercanos y el ambiente hostil de su entorno? ¿Cuál sería su reacción ante una muerte tan ignominiosa como cruel?
Nadie sabe con certeza las palabras precisas que pronunció en los últimos momentos, pero ciertamente vivió una lucha interior angustiosa, tremenda, similar a la que desde todos los tiempos y lugares, los seres humanos han debido sufrir y sufren cuando han sido víctimas de la injusticia y del ultraje.

Pienso que en esos momentos, la atención de los habitantes de Jerusalén y de aquella multitud de peregrinos que llena las calles, no está en aquel pequeño grupo que va a ser ejecutado en las afueras de la ciudad. En el gran templo todo es agitación y ajetreo. A esas horas miles de corderos están siendo sacrificados en el recinto sagrado. La gente se mueve febril rematando los últimos preparativos para la cena pascual. La gente estaba familiarizada con el espectáculo de una ejecución pública, por eso las reacciones son diversas: curiosidad, gritos, burlas, desprecios y algún comentario de lástima. Desde la cruz, Jesús probablemente sólo percibe rechazo y hostilidad.

Y el escándalo se asoma a mi mente: ¿Quiere el Padre que torturen a Jesús?. La crucifixión es un crimen y una injusticia. No es posible que su Padre quiera esto. Lo que Dios quiere es que permanezca fiel a su servicio al reino sin ambigüedad alguna, que no se desdiga de su mensaje de salvación en esta hora de la confrontación decisiva, que no se eche atrás en su defensa y solidaridad con los últimos, que siga revelando su misrericordia y perdón para todos.

La actitud interior de Jesús siempre había sido de "amar a sus enemigos", ·rogar por sus perseguidores", "perdonar hasta setenta veces siete", por eso quienes lo han conocido no dudan en pensar que Jesús ha muerto perdonando: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".
Jesús muere en la noche más oscura, no entra en la muerte iluminado por una sublime revelación. Muere con un "porqué" en sus labios: todo queda ahora en las manos del Padre.

La infinita confianza del defensor de las víctimas inocentes frente al impacto de la ejecución llevada a cabo hace entrar en una crisis radical a sus seguidores que huyen de la ciudad o se hunden en la desesperanza. Pero poco después sucede algo inexplicable. El profeta ajusticiado días antes por las autoridades del templo y los representantes del Imperio está vivo: "Jesús está vivo, Dios lo ha resucitado" proclaman de forma unánime e indestructible sus hasta entonces temerosos seguidores. La muerte no ha podido con Él, "el crucificado está vivo. Dios lo ha resucitado".

Concluyo proclamando mi fe en el Dios, defensor de los inocentes. Y ruego a Jesús me ayude a unirme a su cruz, que es la mía de cada día. Que sepa abrazarla y con sus mismos sentimientos confíe plenamente en que triunfará la vida, siempre!

Un abrazo y hasta la próxima.  



viernes, 11 de febrero de 2011

LO BUSQUÉ EN LA CATEDRAL Y LO ENCONTRÉ EN MERCADONA



Quiero contarte algo que hoy me ha pasado y la reflexión que ha surgido de allí.
Por realizar unas gestiones estuve desde temprano en Valencia. A mediodía tuve dos horitas libres antes de montarme en el tren. ¿Qué hacer en ellas?

Lo primero que se me ocurrió fue ir a buscar al Señor en la Catedral y quedarme con Él en silencio un buen rato. Emprendí el camino con ilusión mientras las ganas de estar a solas con Jesús aumentaban a medida que me aproximaba al lugar de culto.


En el primer escalón del atrio se encontraba una joven mujer rumana con un vaso de plástico en la mano, pidiendo una monedita. Le ofrecí dársela al salir.  Ya en la puerta vi un cartel que señalaba a la derecha la entrada para la visita turística, mientras que a la izquierda estaban indicados los horarios de Misas. Entré por ella, pero en  ese momento, hacía más de media hora que había terminado la última de la mañana. De modo que, debido a los cordones que impedían el acceso, me fue imposible satisfacer mi deseo y saludé al Señor de lejos conversando con él sólo de pie.

Al salir, pensé en la mujer rumana a quien le había ofrecido dinero. Ella, al verme, me regala sus mejores piropos y después de agradecerme, me dice: "Señora, ¿no me puedes dar algo para comer?" a lo que le digo: "Claro. Vamos que te invito algo en un bar". Ella se levanta y veo que está embarazada. Me mira con dulzura y me dice: "Señora, por favor, mejor dame algo para preparar para mis hijos, para que hoy puedan comer. Tengo siete niños con este que llevo en la barriga y no tengo trabajo. La vida está muy dura. En mi pais también por eso nos hemos venido para acá". Le pregunto por su marido y me cuenta que tampoco tiene trabajo y está pidiendo en otro sitio, pero llevan poco a casa para poder alimentar  a sus hijos. Le insisto en que no debe hacerse con más hijos a los que no puede mantener. Y su respuesta es: "Pero soy cristiana, señora...¿qué hago?". Yo insisto: "No creo que el Señor quiera que traigas al mundo a niños que luego tengan que morir de hambre".

Mientras nos dirigimos a Mercadona, ella me dice: "Dame, señora, el dinero y ya tú te vas a la estación del tren". Y yo al insistir en acompañarla, me objeta: "Yo sé que te han dicho que no des a nadie dinero, pero yo no me voy a drogar ni a beber...yo quiero prepararles algo a mis niños". Mi terquedad me lleva a estar con ella todo el tiempo y a mirar - porque los dolores de brazos me impiden ayudarla - cómo va echando a la cesta todo lo más imprescindible para alimentar una familia. Cuando al salir la veo tan cargada pero al mismo tiempo tan feliz, descubro que sólo una madre puede soportarlo todo por sus hijos. Los besos que me da al despedirnos, son para mi los besos de Jesús quien también tenía la ilusión de encontrarse conmigo, pero no en la Catedral, sino en Mercadona.

Hasta aquí los hechos tal como sucedieron. Después me he puesto a pensar en los prejuicios que nos inundan cuando nos encontramos con gente que pide en la calle. Peor aún si sabemos que son gitanos o rumanos...Y la verdad es que puede haber de todo. Pero, ¿En cuántos casos, si en lugar de esa persona que pide, hubiésemos estado nosotros sufriendo verdadera miseria y pidiendo, ¿cuál habría sido nuestra reacción frente a la sospecha de quien en ese momento posee el bien que no tenemos y prefiere pasar de largo o nos humilla de cualquier forma? Después de esta reflexión el rostro de Jesús en quien sufre se me dibuja más concreto, pero discriminado, y humillado.


En realidad, tenía esta noche para estudiar Teología Fundamental de la que me voy a examinar el lunes,  pero he preferido ponerme a contarte mi experiencia. Después de todo, la principal asignatura de la que me voy a examinar es la de Mateo 25, 35s "Porque tuve hambre...fui forastero...anduve sin ropa...caí enfermo...estuve en la cárcel...Os aseguro que todo lo que hicísteis por uno de estos hermanos míos más humildes, por mi mismo lo hicisteis" ...y qué ganas tengo de aprobarla!
Que el Señor te bendiga.
Hasta la próxima.

viernes, 28 de enero de 2011

ACTIVOS PARTICIPANTES EN EL MUNDO DIGITAL

Al no haberte escrito más cosas en enero por falta de tiempo, esta vez quiero hacerlo con las palabras del Santo Padre en el dia de las comunicaciones sociales de 2011. En años anteriores, Él se dirigía, en su mensaje, a los dirigentes de las naciones o a los encargados de los medios de comunicación. Esta vez, Él se dirige a todo el mundo y, en especial, a nosotros, los cristianos.
No transcribo literalmente sino más bien, hago una especie de resumen:

El Papa comienza haciendo ver el atractivo de las redes sociales, de la comunicación con amistades virtuales, de la coherencia de nuestro ser y actuar con el perfil público que mostramos en la red, de la tentación que se puede presentar de tener una vida paralela en un mundo inexistente.
Al equiparar el cambio cultural generado por Internet con el ocasionado por la Revolución Industrial pide: que la extraordinaria potencialidad de sus aplicaciones debe ponerse a servicio del bien de la persona humana; que mostremos coherencia como católicos, entre nuestro ser real y nuestro perfil público en la red; que asumamos el reto de comunicar nuestro pensamiento cristiano sin desvirtuar o relativizar la verdad por buscar la "popularidad"; que tengamos claro que "evangelizar por internet" no es forzosamente hablar de Dios, sino mostrar nuestro estilo cristiano de vivir en todo lo que publicamos en la red; que nos cuidemos de la tentación de tener páginas personales en donde mostremos en nuestro perfil una imagen parcial o distorsionada de nuestro mundo interior, con afán de autocomplacencia.
Nos invita a reflexionar acerca de ¿Quién es mi prójimo en este nuevo mundo?: Los que están a mi lado y los que no lo están. No perder de vista al que está junto a mi, pero tampoco desaprovechar la oportunidad de alimentar amistades y relaciones profundas y duraderas en el mundo virtual, con una comunicación franca, abierta, auténtica, amable y respetuosa. Ser activos participantes en el mundo digital, uniéndonos con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana.

Me uno ti en acoger el magisterio de la Iglesia que nos orienta sabiamente.
Hasta la próxima. Un abrazo muy cariñoso.



jueves, 30 de diciembre de 2010

La primera decisión del 2011

En la homilía de nochebuena S. S. Benedicto XVI afirmó en su mensaje de Navidad: "Este Niño ha encendido en los hombres la luz de la bondad. En cada generación Él construye su Reino desde dentro, desde el corazón de cada persona...La infinita distancia entre Dios y el hombre ha sido superada. Dios no se ha inclinado hacia abajo, como dicen los Salmos; Él verdaderamente ha descendido, ha entrado en el mundo, se ha vuelto uno de nosotros para atraer a todos a Sí".



A las palabra del Papa quiero unir las palabras de un obispo italiano, Monseñor Tonino Bello, guía del movimiento católico internacional por la paz, cuya causa de beatificación se inició en 2007.

Comparto contigo unos párrafos:

"Queridísimos hermanos, no obedecería a mi deber de obispo, si os dijese "Feliz Navidad"! sin daros un disgusto. En cambio, os quiero fastidiar. No soporto la idea de tener que hacer augurios inocuos, formales, impuestos por la rutina del calendario. Y hasta me ilusiona la hipótesis de que alguien me los devuelva como "correo no deseado".

Muchos augurios incómodos para vosotros, queridos hermanos!

Jesús que nace por amor os conceda la náusea de una vida egoista, absurda, sin estímulo trascendente y os conceda poder inventaros una vida cargada de donación, de oración, de silencio, de valentía.

El niño que duerme sobre la paja os quite el sueño y os haga sentir la almohada de vuestra cama dura como una piedra mientras no hayáis dado hospitalidad a un "sin techo", a un pobre que no tiene dónde pasar la noche... Dios que se hace hombre os haga sentir como gusanos cada vez que vuestros intereses personales se vuelvan el ídolo de vuestra vida, o cuando la espalda de vuestro prójimo sea para vosotros escalera para trepar en vuestro egoismo".


Con estas reflexiones, creo, sinceramente, que reconocer a Cristo en cada ser humano, es un gran regalo. Pero este regalo hay que llevarlo a los demás. Por eso,

DECIDIRME POR CRISTO ES LA PRIMERA DECISIÓN PARA EL 2011.

Que el Señor derrame su Espíritu sobre nosotros en este 2011 para poder vivir cada vez más unidos en el seguimiento del Señor. Será esto lo que, realmente nos podrá hacer felices.

Abrazos muy fuertes.





lunes, 27 de diciembre de 2010

LOS SECRETOS DEL PESEBRE


Durante las celebraciones navideñas tenemos ante nuestros ojos toda clase de belenes. Al contemplarlos, ¿Sabemos descubir los secretos del pesebre?

Ayer, durante la eucaristía de la Sagrada Familia, me hice esta reflexión: 
Jesús de Nazaret en su trayectoria vital, prefirió prescindir de la omnipotencia que le correspondía, para asumir el riesgo que corren en este mundo la justicia frágil y el amor gratuito.

El evangelio de Lucas nos narra: "Dijo el ángel a los pastores: Tranquilizaos, mirad que os traigo una buena noticia...hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y os doy una señal encontraréis un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre...fueron corriendo y encontraron a María, a José y al Niño acostado en un pesebre" Lc 2, 11-12.16).

Pedro Poveda comenta justamente este pasaje bíblico teniendo en cuenta que el Verbo de Dios se ha hecho uno de nosotros para salir a nuestro encuentro:
"Vayamos a Belén, decían los pastores. Escucharon la voz de Dios y ...seguidamente surge en ellos el deseo de ir a ver a Jesús. Y vinieron presurosos los pastores. Ellos no se conformaron con el propósito, sino que luego pusieron manos a la obra...Si fuéramos más humildes conoceríamos los secretos del pesebre. Los pastores que eran humildes conocieron a Jesús, y como ni la noche, ni la estación, ni la distancia les impidió ir al portal, gozaron de las dulzuras inefables que lleva aneja la contemplación del Mesías".

Después de esto, me pregunto: ¿Dónde nace el Mesías, hoy? ¿Qué señales tengo para encontrarlo?...
Creo que la señal la encuentro en lo cotidiano, en el dolor y sufrimiento de quienes necesitan de mi sonrisa, de mi interés, de mi ayuda...en cada rostro de los que esperan de mi, de nosotros, a ese Cristo vivo que cura, sana, libera y ofrece la paz.
De este modo estoy segura de descubrir "los secretos del pesebre", pues allí nace la Vida, la salud, la dignidad de la persona, la felicidad.

Termino mi reflexión con las palabras de Pedro Casaldáliga:
·Creo en Jesucrito y le adoro. Le amo. Creo en este Amigo que me presentaron mis padres, la Iglesia: Dios hecho hombre, nacido en Belén, de la casta de David venida a menos, hijo verdadero de María, judío y obrero, natural de un pueblo colonizado: Hombre que ama, que sufre y muere, perseguido y condenado por el Poder del hombre; Resucitado por el Poder de Dios, Hombre, Hijo de Dios, misteriosamente igual al Padre, en quien habita corporalmente la plenitud de la divinidad, cuyo Espíritu anima a la Iglesia, Camino, Verdad y Vida, Salvador de los Hombres, el Señor!"

Comparto contigo esta reflexión y estoy segura que contigo seguiré descubriendo más secretos del pesebre.
Hasta la próxima

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Comparto contigo una pena

Hace dos horas he llamado a Salvador a quien hace casi dos semanas le pagué por una doble ventana que preparó para el salón de casa.
No era tan mayor, parecía gozar de buena salud y aunque se había retirado del trabajo de la Academia, seguía haciendo encargos sólo a sus conocidos, y entre estos yo me contaba desde 1993.
Las últimas veces que nos encontramos me manifestó, como nunca antes, el aprecio que me tenía y los recuerdos tan bonitos que guardaba de mi madre. Incluso se hizo acompañar por alumnos míos que le echaban una mano en la preparación y colocación de las ventanas, y les pidió que me expresaran sus sentimientos.
Habíamos proyectado otro trabajito con el fin de quitar algo de frío y humedad a la habitación de mi hermano y mi cuñada, Encargo que, sabiendo nuestras posibilidades económicas, me había asegurado que él no tenía prisa en que le pagásemos de inmediato. Incluso me repitió que le fuésemos dando de a poquito...tomó las medidas y me prometió hacer un presupuesto lo más pronto posible.
Cuando su hija, hace un rato, me dijo que "no me podía pasar con él porque se había ido"...me quedé muda, perpleja...Como yo no decía nada, ella intentó aclararme diciéndome que murió el pasado sábado 18. Que le dio un infarto de un momento a otro y se marchó. 
Apenas pude darle mis condolencias. El nudo en la garganta y las lágrimas que hasta este instante están  luchando por salir de mis ojos, pero que la sequedad crónica y fuerte que padezco, las envían a lo profundo de mi ser, no me permiten otra cosa que CONFIAR PLENAMENTE en el dueño de la Vida y aceptar su voluntad.
A Salvador le tengo un gran cariño y me arrepiento no haberle dado un fuerte abrazo el último día que lo ví cuando le felicité anticipadamente, con una botella de vino, por las fiestas de Navidad. Era una persona muy especial, un hombre muy bueno e íntegro. Un hombre al que hoy, al recordarlo me doy cuenta que, cuando hablaba con él estaba hablando con el mismo Jesús. Que el nombre que le pusieron en su bautismo reflejaba muy bien lo que realmente fue su vida: hizo de "salvador" de mucha gente.

Quiero compartir contigo esta experiencia...pero, junto con ella, esta otra sobre la fragilidad de nuestra existencia...basta un segundo y pasamos de la vida a la muerte.
¿Sabes a qué conclusión me lleva todo esto?
A descubrir el rostro del Señor en cada persona que encuentro en mi camino, pero sobre todo a quienes tengo que tratar con fecuencia.
Ayúdame a hacerlo.
Hasta la próxima